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El lado oscuro de la belleza: La grotesca realidad de la cirugía plástica representada en el cine.

Actualizado: 24 oct

¿Estarías dispuesto a mutilar tu cuerpo para llegar a los estándares de belleza?

Nuestra persecución eterna hacía la belleza estética lleva a miles de personas a romper sus huesos o amputar sus órganos para alcanzar este gran sueño. La sociedad aplaude estos comportamientos y sofoca a aquellos que no se conforman con este ideal tan cotizado. El cine, particularmente el género de body horror, ha logrado retratar esta parte de nuestra sociedad crudamente. Ha causado el inicio de una reflexión social y cultural que busca denunciar la hipocresía de un sistema que se rehúsa a ver el dolor, tanto físico como emocional, detrás de los arquetipos de belleza que tanto celebra. The Substance y The Ugly Stepsister son excelentes ejemplos de este estilo de películas, ambas retratan una realidad muy parecida a la nuestra, utilizando ciertos aspectos fantásticos simbolizando la vida real. Por esto, no solo les hablaré de las repulsivas escenas dentro de las películas, sino también de las historias reales en las que se basan.

Cirugías plásticas: estadísticas y definiciones

Según la investigación más reciente de la Sociedad Internacional de Cirugia Plastica Estetica, conocida en inglés como ISAPS (International Society of Aesthetic Plastic Surgery), las cirugías más comunes mundialmente son aumento de busto (16%), liposucción (15.1%), blefaroplastia (12.1%), rinoplastia (8.4%) y abdominoplastia (7.6%). En total, en el 2020, 8.744.646 mujeres y 1.384.883 hombres tuvieron alguna operación estética, aunque estas estadísticas fueron tomadas después de la pandemia antes del regreso a la normalidad.

Fuente: ISAPS, 2020
Fuente: ISAPS, 2020

La liposucción se hace a través de una inyección de agua y sal para ayudar a eliminar la grasa, dan un medicamento para aliviar el dolor y estrechar los vasos sanguíneos. Al final, se hacen pequeños cortes en la piel y se introduce una sonda para sacar la grasa. La blefaroplastia, también conocida como cirugía de párpados, es una operación en la que te cortan la piel abajo del ojo y quitan un exceso de grasa, piel y músculo para alargar la mirada y causar un efecto más joven y alerta. La rinoplastia se hace a través de fracturar el hueso o una incisión dentro de las fosas nasales para cortar la nariz a la forma deseada. Durante la abdominoplastia se realiza una corte ovalado horizontal o elíptico para quitar la mayor parte de la piel y grasa. Los músculos abdominales se tensan con suturas permanentes y la herida se cerrará. El aumento de busto se hace a través de un solo corte bajo el busto, alrededor de los pezones o bajo el brazo. De aquí, el cirujano separa el tejido del busto del músculo y tejido del pecho e inserta los implantes en ese espacio. La lastimada es cerrada con puntadas.

Es esencial también nombrar el influjo de menores acudiendo a este tipo de cirugías en el mundo, particularmente a la aumentación de busto en mujeres. 17.4% de la población mundial de mujeres menores a 18 años han procedido con esa operación y el 43.3% de ese grupo lo hizo por temas totalmente cosméticos.

Tipos de cirugía y edades. Fuente: ISAPS, 2020
Tipos de cirugía y edades. Fuente: ISAPS, 2020

Glow up culture

Vivimos en una sociedad que exige que siempre estés mejorando. Nunca eres suficiente, pero te pueden dar un procedimiento, workout o dieta que te arregle este problema. Las redes sociales como TikTok e Instagram están repletas de este tipo de ideales. A través de aesthetics como Clean Girl o It- Girl nos refuerzan la idea de la mujer perfecta que hace workout todo los días, tiene la piel totalmente limpia, siempre viste bien y tiene una dieta perfecta.

“Cinturas diminutas, estómagos planos, caderas anchas y bustos medianos dominan la transformación triunfante de la protagonista de un glow up, sin dejar de lado la nariz pequeña, pómulos marcados, labios prominentes, ojos grandes, pestañas largas y cejas oscuras que deben acompañarlas”.

Estos estándares, a través de las redes sociales, nos enganchan desde edades muy tempranas y llevan a jóvenes a seguir obsesivamente rituales como lo que hoy llamamos skincare. A estas niñas se les denominó “Sephora Kids”, refiriéndose a la tienda de cosméticos donde suelen comprar estos productos. Otra de estas subsecciones en TikTok es el #Skinnytok, en donde se elogia a la delgadez y se comparten tips de como adelgazar o mantenerse delgada. “En España, los ingresos hospitalarios por TCA (Trastorno de Conducta Alimentaria) en menores han aumentado un 11% anual desde 2016, con un preocupante repunte del 26–28% anual en el grupo de 10 a 14 años desde 2019. A nivel global, estos ingresos llegaron a duplicarse tras marzo de 2020.”

Una niña de 6 años echándose cremas. Fuente: TikTok
Una niña de seis años echándose creamas. Fuente: TikTok

Manual para romper un cuerpo

En su libro, Manual para romper un cuerpo, Lara Gil describe su cirugía de la siguiente manera: “Mutilar mi cuerpo era la solución que me daban para dejar de sufrir. Fue una mutilación consentida y completamente legal. Fue una mutilación aplaudida y celebrada. Pero fue una mutilación.”

Gil, a la edad de 19 años, decidió proceder con una cirugía de manga gástrica. Este tipo de cirugías caen bajo el paraguas de las cirugías bariátricas, las cuales se definen como cirugías para bajar de peso cuando las dietas y el ejercicio no han funcionado. Hay diferentes tipos, pero la de Lara consiste en extirpar el 80% del estómago, el cual adquiere la forma de un tubo, y resulta en la pérdida de peso debido a la cantidad de comida que puede ingerir la persona. Ella comunica que, inicialmente, sí funcionó para ese propósito, pero nadie le advirtió que el precio para la delgadez era la salud de su cuerpo entero.

“Antes me preguntaba quién podía querer a una persona gorda, ahora me pregunto quién puede querer a una persona sin pelo, sin dientes, que tiene llagas en la boca y vomita a diario”. Así describe Lara los efectos secundarios con los que vive todos los días desde hace más de 10 años. En esta historia de terror, nos cuenta como no puede comer sin masticar la comida tanto que se hace papilla en su boca, que, aun así, vomita cada vez que come, que ha perdido los nervios de seis de sus doce muelas y llega a un punto de deshidratación que causa que se desmaye constantemente. Estos sin contar los síntomas psicológicos que sufre después de una cirugía tan invasiva. Peor aún, estas consecuencias son comunes para aquellos que pasan por este tipo de cirugías, pero se siguen haciendo por profesionales porque “ le tenemos más miedo a engordar que a estar enfermas”.

Metamorfosis: The Ugly Stepsister y The Substance

En las dos películas hay un momento de cambio, de metamorfosis. Van de orugas feas, odiadas y excluidas a bellas mariposas queridas y aceptadas por la misma sociedad en la que no encajaban. Cada película lo representa diferente, pero las conclusiones son las mismas.

En The Substance, Elizabeth es despedida de su trabajo ya que la belleza caduca con edad y ella ya tiene 50 años. Esto la lleva a su momento de cambio: inyectarse La Sustancia para sacar a la mejor versión de ella. Es un procedimiento clandestino, recomendado a Elizabeth por un doctor en secreto, que la lleva a un lote vacío y a un almacenamiento donde solo puede recoger la medicina e inyectarse a sí misma. No tiene verdadera información de lo que esto le va a hacer a su cuerpo, pero está tan desesperada por recuperar su fama que está dispuesta a lo que sea. Sufre un dolor terrible y podemos decir que esta es una de las escenas de mayor body horror en la película, ya que vemos a Sue nacer de su columna. Sin embargo, el momento termina y sale Margaret Qualley en toda su belleza y, de alguna manera, es como si nos olvidaramos del sufrimiento y dolor de Elizabeth; ahora tenemos a la perfección frente a nuestros ojos. El resto de la película, vemos a la acciones de Elizabeth en el cuerpo de Sue representar este olvido o negación de lo que consideramos “feo” a través de la decadencia que Elizabeth empuja ante su cuerpo “viejo”.

The Ugly Stepsister cuenta una historia diferente, ya que vemos más el apoyo de la sociedad hacia los procedimientos de Elvira, la principal. Vemos como es expulsada de su círculo social por su “falta de belleza” y como Cenicienta prospera en los espacios que ella quiere ocupar. Su primera operación, lo que hoy llamamos una rinoplastia, es impulsada sobre ella por su madre. Observamos vívidamente como le rompen la nariz y el dolor que siente. Pensamos “¡Qué barbaridad!”, pero el procedimiento sigue siendo el mismo hoy en día. Después, se le hace un implante de pestañas, lo cual ella decide por los buenos resultados que ha tenido después de su operación de nariz. Por último, ella confía en su maestra de ballet sobre sus inseguridades y esta responde con la misma mentalidad rota que tiene Elvira. No la apoya o la ayuda, si no le da un huevo de gusano para que todo lo que ella ingiera no entre a su estómago y sea consumido por el gusano. Los efectos que tiene esto en el cuerpo de la principal son extremadamente similares a los que menciona Lara Gil en su libro. Se vuelve anémica, el cabello se le cae en mechones y se le pudren los dientes. Claro, es una historia de body horror, esperas escenas y momentos grotescos. ¿Pero qué hay de la realidad que cuenta Lara en su libro?

En una sociedad en la que el estándar de belleza físico es el centro, nunca dejaremos de perseguir una perfección inalcanzable. Estamos dispuestos a destruirnos por la posibilidad de sentir esa efímera adoración que le otorgamos a quienes denominamos bellos. Aislamos a aquellos que no quieren pertenecer e ignoramos a los que no logran entrar dentro del molde. Perpetuamos los comportamientos que estamos viendo ahora en redes sociales e impulsamos la noción de que la belleza iguala a pertenencia y adoración. Al conformarnos con esta idea , obligamos a personas a llegar a mutilarse por el sueño de ser parte de la sociedad que hemos creado.


Bibliografía:

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