El resurgimiento del thriller erótico: más moderno, más social y más transgresor
- Aroa Oriza Rubio
- 28 ene
- 6 Min. de lectura
Actualizado: 3 feb
Esta última década se han estrenado varias películas que corresponden al denominado como suspenso erótico, un género que parecía olvidado, pero que ha resurgido con la intención de reinventarse para adaptarse al contexto social actual

El thriller erótico tal y como lo conocimos en los años ochenta y noventa, cuando tuvo su explosión en popularidad, ya no existe. La mayoría de películas que consideramos como clásicos del género fueron revolucionarias en su época, pero en comparación con los nuevos thrillers eróticos de ahora, su visión es más conservadora.
El patrón por el que se regían estas películas era similar y varios de sus elementos eran comunes. La trama giraba en torno a un matrimonio heterosexual —la prueba de la legitimación de las relaciones y de los hijos— en el que la mujer es victima de la promiscuidad de su marido, un fall guy manipulado por una femme fatale, arquetipo heredado del cine negro de los años 40-50.
La sexualidad existió antes del thriller erótico
La aparición de estas películas no es mera casualidad pues es una herencia directa de la revolución sexual femenina y posteriormente LGBTI+ que comenzó en los años 60 y tuvo su mayor auge durante la década de 1970 y 1980. Influido por el movimiento por la liberación sexual, el cine de Hollywood se empezó a desligar del Código Hays que desde los años 40 hasta los años 60 censuraba cualquier elemento relacionado con la sexualidad o lo tabú. A raíz de la desaparición de ciertos tabúes sociales surgieron movimientos como el cine de explotación y el new queer cinema. Fue concretamente durante los años 80, cuando se publicaron los primeros estudios que hablaban sobre la separación entre sexo y procreación, dos conceptos que han ido ligados a lo largo de la historia.

El subtexto sexual se comenzó a observar en películas como La gata sobre el tejado de zinc (1958), Lolita (1962), Con faldas y a lo loco (1958) o incluso Esplendor sobre la hierba (1961) que hablaba sobre la represión sexual en la América rural, conservadora y religiosa de los años 20. Sin embargo, ya a principios del siglo XX el gusto por lo prohibido llevó a muchas películas que trataban sobre la fornicación, la masturbación, el homoerotismo y la homosexualidad, el aborto, la sodomía y la promiscuidad a tener gran popularidad, a pesar de que la intención inicial era motivar a las familias a evitarlos. Estas películas se perdieron, pero estos mismos conceptos se han recuperado en los últimos años aunque con otro propósito: el de normalizar y mostrar las diversas conductas, orientaciones e identidades sexuales. Mientras que a finales del siglo XX estos temas solo fueron introducidos, en el siglo XXI y en concreto en la década en la que nos encontramos, los han desarrollado mucho más.
Los nuevos temas del thriller erótico
La educación sexual que reciben las nuevas generaciones ha llevado a que el thriller erótico tenga que reinventarse. La morbosidad por un personaje bisexual como el caso de Carethine Trammel en Instinto Básico (1992) o el descubrimiento de la transexualidad de uno de los personajes de The Crying Game (1992) ya no resulta ni sorprendente ni innovador. A día de hoy, los cineastas jóvenes tienen una mayor preocupación por otras cuestiones como sustituir el male gaze —la mirada masculina—, la perspectiva más común en este tipo de películas, por el female gaze —la mirada femenina— mucho más relegada a un segundo plano y casi inexplorada. Películas como Atracción Fatal (1987) o Acoso Sexual (1994) son claros ejemplos de la imposición de la perspectiva masculina sobre la femenina.
El revisionismo de las historias hechas desde el male gaze para transformarlas desde una perspectiva feminista es lo que hace Audrey Diwan en el remake de Emmanuelle (2024). Su principal aportación es la intención de profundizar en el deseo femenino y dejar de lado la concepción que se tenía de Emmanuelle en el film de 1974 como objeto de deseo.
El punto de vista femenino destaca en los nuevos thrillers que han dirigido Rose Glass y Halina Rehin. En Sangre en los Labios (2024) Rose Glass quiso que su historia de venganza, mafiosos y violencia fuera a su vez, una historia de "amor" lésbico poco convencional, en el que ambas protagonistas, despojadas de cualquier tipo de feminidad, representan el lesbianismo más butch, aunque una de sus protagonistas se define como bisexual. Glass concibe el romance entre Lou y Jackie como una relación lujuriosa que se muestra a través de los desnudos explícitos y los planos detalles del cuerpo.

Para Halina Rejin el empoderamiento femenino a través del sexo tiene otra forma. Según quienes las ha visto, Babygirl (2024) aseguran que es un enaltecimiento de la sumisión sexual femenina, desde una visión feminista. El discurso de Rejin es una reivindicación de la libertad de disfrutar como mujer de una relación, no importa si en una posición dominante o en una más sumisa. La sumisión no implica estar obligada por el hombre, también puede ser una elección, una forma de consentimiento.
Paul Verhoeven, uno de los maestros del género, ha encontrado en el sexo femenino y su sexualidad una gran fuente de inspiración para sus últimos trabajos. En 2016, el holandés estrenó Elle, protagonizada por Isabelle Huppert. Una cinta que mezclaba el thriller con el humor negro y con la violación como tema central, pero sin recurrir al suspenso erótico pues según le contó el propio Verhoeven a Variety el abuso sexual no es un elemento que podría calificarse como erótico. El personaje de Huppert, Michèle, es una mujer vulnerable que transforma su experiencia traumática en un viaje de autoempoderamiento.

Unos años después, estrenó Benedetta (2021), su último filme hasta la fecha. Es un drama ambientado en el siglo XVII que trata sobre una monja que se une a un convento italiano cuando es pequeña y llegada a la adultez tiene un affaire lésbico con otra monja del lugar. La provocación y la transgresión, sello distintivo de la filmografía del cineasta holandés, aquí están servidas de la mano de escenas explicitas que buscan romper con la indiferencia del espectador mezclando dos conceptos opuestos: homosexualidad y moral religiosa y puritana. El erotismo aquí es el vehículo hacia una crítica feroz a las instituciones que han reprimido el deseo humano bajo pretextos morales así como invita a la reflexión sobre la hipocresía social.
El neo-thriller erótico, también le da un mayor peso a las identidades sexuales. No solo se reivindica el protagonismo de mujer, sino también de los miembros de la comunidad LGTBI+. Es el caso de Femme (2023), película que habla implícitamente de la homosexualidad latente, término propuesto por Sigmund Freud y que explica cómo la atracción de un individuo hacia otros del mismo sexo no es conscientemente experimentada, ya sea por una represión de esa sensación o por la nula exploración que se hace de ello. Los primeros estudios que se hicieron sobre ello en los años 90 demostraban que algunos hombres que presentaban sentimientos homofóbicos, también indicaban signos de pertenecer a ese grupo de hombres que padecía homosexualidad latente. El sexo en Femme (2023) es, en principio, una forma de venganza, aunque la evolución de los personajes los lleva a finalmente a enamorarse.

La violencia confundida como libertad sexual
También existen los casos de filmes que confunden la exploración del placer sexual a través del sadomasoquismo con la toxicidad en las relaciones sentimentales y la violencia de género y sexual. Las adaptaciones de Cincuenta Sombras de Grey (2015-2018) generaron revuelo por traspasar la fina línea que hay entre los gustos sexuales controversiales, como el BDSM y la violencia. Lo que parecía ser una alegato liberal sobre como se puede encontrar el placer en BDSM, terminó siendo una torpe historia que tan solo buscaba generar polémica y fama.
Es por esto por lo que hay que saber diferenciar entre lo que se hace por reivindicación o por atención mediática. No todo alegato de lo transgresión es bueno porque confunde lo que liberación con lo que es perversión.
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