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El nacimiento del arte: una mirada al recorrido de la estética en la historia

El paso de los talleres griegos a la actualidad, la construcción de un concepto de lo artístico y lo estético

El jardín de las delicias, El Bosco, expuesto en el Museo del Prado
El jardín de las delicias, El Bosco, expuesto en el Museo del Prado

El arte es un lenguaje, uno con unas cualidades distintas a la de la palabra, que designa y señala. Aquella, sin embargo, des-vela, quita un velo a través de capas de pintura y cinceladas en mármol. Esto es algo que actualmente podemos entender: el arte como medio de expresión, como una forma que tienen aquellos experimentados en la práctica plástica por la que toman y deforman elementos para crear unos de un carácter legible para el espectador.

Sin embargo, señalado como un lenguaje, lo es para nosotros, los contemporáneos, los que vivimos en el siglo XXI, pues todo símbolo es para nosotros lenguaje que expresa mensaje. Sin embargo, cabe hablar de todo aquello que contradice la forma de lenguaje que hoy aplicamos al arte, cabe reflexionar sobre la forma en que concebimos el arte en la propia historia.

Las esculturas griegas y el renacimiento

Los escultores griegos, en sus talleres donde elaboraban complejas molduras para el bronce, realizaban obras que no podríamos llamar “de arte” sin caer en un error histórico y filosófico. Debemos visualizar que toda obra, tanto material como conceptual, en el tiempo fue labrada en un contexto. En palabras claras, el escultor griego del siglo V a.C. en Atenas jamás ha sido un artista, porque su concepción del arte era inexistente.

Los escultores, así como todo otro artista plástico, tendían a realizar obras de elemento sacro o que tenía un interés pedagógico, una forma de mantener un marco de saber o una ontología, es decir un estado de cosas tal y como se conciben. El escultor, al final del día, realizaba una estatua de Apolo para funciones de culto y jamás para expresar o intentar expandir unas ideas propias relacionadas con el individuo, sino que simplemente realizaba una obra bajo unos criterios técnicos y con un interés alejado de la búsqueda de la belleza o de conseguir una emoción en el espectador como fin último. 

En relación con el marco de saber u ontológico, una muy buena referencia para entender el argumento que aquí se expone es el “Laocoonte y sus hijos”, una representación de un mito que mantiene un saber general en la sociedad griega basada en la mitología, dotando de sentido y significación un concepto abstracto como son la agonía y la culpa por el castigo en base a un relato que no puede ser verificado pero que se toma como verídico. El hecho de que estas esculturas y estas obras existieran significan, más allá de una intención artística, un funcionamiento social, una percepción mediada por el discurso imperante.

Con ello, se entiende el porqué de que los griegos no tengan una palabra única para el arte, sino que utilizasen el sustantivo tekné como definición de lo artístico, pues es eso a la vez lo técnico o mecánico, separado de las “artes” liberales como es la poesía (que comprendería todo el entorno de la literatura actual, siendo la poesía las obras de Homero a Platón).

En todo caso, debemos notar una cosa, y es que la belleza como categoría estética en este tramo de la historia, queda muy unida a un concepto de natura, pues la belleza se desprende de lo que es bello o asimilado a la naturaleza (como las proporciones áureas utilizadas para la realización de las esculturas del período clásico griego). María Zambrano deja ver esto en su obra El hombre y lo divino, donde los dioses griegos se interpretan como un reflejo de la naturaleza, siendo estos en extensión bellos y a la vez contrarios a los que maldecir, aunque eso es un tema más complejo a tratar.

Apolo y las musas, Jules Romains
Apolo y las musas, Jules Romains

El Renacimiento

Entre los siglos XIII y XV comienza a darse en Europa una nueva forma de entender el mundo basado en cierta autonomía del pensamiento respecto de la religión católica, sobre todo ateniéndonos a lo que hoy entendemos por ciencias puras y sociales (forma baladí de recurrir a la categorización de las ciencias, pues todas implican la creación de conocimiento). Con esto, ciertas excavaciones dieron lugar al descubrimiento de obras de la Antigua Roma y Grecia, que mediaron en el entendimiento sobre la artesanía y sobre el conocimiento que se produciría de la mano de los intelectuales, posteriormente.

Esto generó una marca en lo que llamamos hoy arte, pues los artistas comienzan a imponer la expresión en el lienzo y a utilizar formas de proto-creatividad, es decir utilizan formas de expresión dentro de sus obras que seguimos entendiendo como artesanía. El ejemplo principal son los autorretratos de Boticcelli, Durero o Miguel Ángel en sus obras o el reconocimiento de personajes famosos dentro de obras de ficción, como realiza Dante (aunque a este se le tiene en otro estadio del arte que no tenga que ver con las artes plásticas).

Las obras de los autores renacentistas funcionan a través del mecenaje o simplemente como forma de aprender a utilizar técnicas e instrumentos, más no como una forma de entretenimiento o arte por el arte. Solo hay que ver en detalle los dibujos de Miguel Ángel y sus discípulos, prácticamente indistinguibles en su trazo y constantemente destinados a la investigación anatómica.

El nacimiento del arte: el papel de la estética

El arte como concepto nace en el siglo XVIII tal y como lo podemos concebir hoy en día, como una actividad asimilada y muchas veces pensada por encima de la Literatura, separada como disciplina. La Ilustración generó estos conceptos mediante una compartimentación de las distintas técnicas y ciencias. Lo importante aquí no es la Ilustración sino como se genera un marco de conocimiento sobre un concepto que se empieza a generar en este momento. Importante ante esto, preguntar: ¿qué llega antes, el nuevo concepto de arte o la conciencia sobre una disciplina integral para la que se genera el concepto?

Cabe resaltar la dificultad de la pregunta, más que nada por la complejidad que presenta y por su mala formulación, pues existen factores ajenos que pueden ayudarnos a observar el nacimiento de una forma de generación creativa a través de un concepto que articula toda creatividad desde el siglo XVIII en adelante, la Estética como sector del conocimiento filosófico.

La Estética definida para la Ilustración nace en el tratado que A. G. Baumgarten realiza bajo el nombre Aesthetica. Esta es la creación de este concepto bajo la palabra griega aisthesis (sensibilidad/percepción) en el debate filosófico de la Ilustración en 1750. En esta obra, la estética tiene un empleo como gnoseología inferior, es decir, como recepción de objetos sensibles que deben ser tratados por la razón para generar el pensamiento sobre estos, pues desde el punto de vista que lo trata, Baumgarten dota a los sentidos de capacidad para adquirir conocimientos a través de otras técnicas diferidas de la razón. Recordemos que en el momento que se presenta, la vertiente principal en la filosofía está muy arraigada al idealismo solipsista de Descartes bajo la máxima del cogito ergo sum.

¿Qué importancia tiene todo esto? Pregunta obvia para desentrañar el enmarañamiento que la estética produce en el arte. El objetivo de presentar una genealogía del concepto de arte tiene que ver con el hecho de que Baumgarten introduzca lo que Kant posteriormente llamaría la Lógica (gnoseología superior) en contraposición con la Estética (gnoseología inferior) en la Crítica de la Razón Pura, generando una nueva forma de entender una disciplina separada como son las artes y dotándola de una nueva formulación relacionada con la teoría del conocimiento. Es el tronco que nace de la raíz del cogito cartesiano y que separará los valores estéticos y artísticos de la naturaleza para elevarlos a un plano trascendental.

Los fusilamientos del 3 de mayo, Francisco de Goya
Los fusilamientos del 3 de mayo, Francisco de Goya

Gustavo Bueno, filósofo español de reciente fallecimiento, habla de este tema de forma tal que la separación entre lógica y estética requiere un sistema ideológico más o menos formado, existe una nematología de la estética, un sistema de valores que rigen la forma en la que se concibe este concepto. Con un sistema “ideológico”, al que prefiero por razones sistemáticas llamar ontológico, se refiere a un conjunto de valores interrelacionados pero separables a su vez. De la música podemos extraer valores musicales, de la arquitectura valores arquitectónicos, etc. No solo con ello, podemos añadir también valores externos, como son los políticos o económicos, valorando una obra de arte o dando una precisa explicación enmarcada en la política como son “Los fusilamientos” de Goya.

¿Por qué tener presente esto? Porque permite ver como los valores artísticos que se han descrito anteriormente siguen entrelazados de una forma ontológica con el resto de valores sociales que experimentaron las sociedades pasadas. Sin embargo, estos valores o principios en su traspaso generacional pierden su significado inicial porque se traduce en marcos de realidad distintos. El paso de la divinidad, por ejemplo, de las generaciones de las deidades olímpicas al monoteísmo cristiano hizo que se modificasen tanto valores y conceptos.

¿Qué debemos hacer y qué nos cabe esperar?

Se puede concluir, por tanto, diciendo que el camino del arte durante la historia comienza realmente entre los siglos XVI y XVIII, comenzando en este último un discurso propiamente formado en relación con la estética. Sin embargo, este arte no se ha desembarazado del tekné griego y de los conceptos de la Ilustración. Es más, es interesante observar como el arte actual está completamente atravesado por este proto-arte y como los valores que se ponen en mayor estima en los movimientos sociales salen a la luz. Es fácil ver esto con la implicación de la ironía, la post-ironía y la proclama del posmodernismo en las ferias de arte contemporáneo reciente (con sus salvedades, no toda obra de arte “contemporáneo” ha de ser un símbolo de posmodernismo) y por supuesto puede verse en lo Feo como valor estético añadido al elenco y contrapuesto a lo Bello como ideal.

Por tanto, la crítica artística en sentido formal y material debe tenerse en cuenta siempre con el contexto y el marco ontológico y ambiental que puede llegar a tener tanto el autor como el público sobre el que refleja, pues tal y como Miguel Ángel realizaba obras para la Iglesia y esto nos puede dar a entender muchos mensajes dentro de su obra como proto-expresión artística, podemos ver actualmente una crítica profunda a unas clases altas y privilegiadas en las obras de los movimientos anticoloniales, el porqué de su elección del estilo de la obra y al público que quieren alcanzar.

 

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