La residencia que puso a Puerto Rico en el centro del mapa
- Isabella Valentina Chavez
- hace 1 día
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Benito siempre ha dejado claro su orgullo de haber nacido en Puerto Rico, con temas como El Apagón dio sus primeras declaraciones a través de la música. Pero no fue hasta su último álbum Debí tirar más fotos donde habló desde cómo sus papás salieron adelante en la isla, hasta el sentimiento de las personas que tienen que irse en busca de un mejor futuro. Su música ha sido siempre una ventana a la vida y las emociones de la gente boricua, convirtiéndose en portavoz de una generación que busca identidad y orgullo.
Este orgullo se materializó en el Choli: dos meses, 30 conciertos y más de 500,000 personas que gritaron incluso siendo la primera vez que pisaban la isla: “Acho, PR es otra cosa”. Cada show fue una mezcla de adrenalina y emoción, con luces que iban al ritmo de la música, efectos pirotécnicos que iluminaban el Coliseo y una energía que llenaba cada rincón. El público sintió que estaba presenciando una celebración de ser boricua. Fans de todas las edades cantaban cada canción, mientras algunos lloraban recordando momentos difíciles vividos en la isla, y otros simplemente celebraban la vida y la cultura que los une.

Impacto económico
Según un estudio de Gaither International, la residencia atrajo a aproximadamente 500 mil turistas, generando una ganancia para la isla de 733 millones de dólares. El 70% de estas personas fueron mujeres, provenientes mayormente de República Dominicana, Colombia y España, y se quedaban alrededor de 9 días, aprovechando para conocer Puerto Rico y su cultura. Los hoteles, restaurantes y comercios locales notaron un aumento significativo en
sus ingresos, mientras que los tours culturales y actividades recreativas se llenaban rápidamente gracias al flujo de visitantes. Incluso pequeñas tiendas de artesanía y productos locales vieron un repunte gracias a la emoción que generó la residencia.
En el concierto final, titulado No me quiero ir de aquí: Una Más, Bad Bunny volvió a cerrarle las puertas a su público internacional para despedirse con espectadores locales. A pesar de esto, fue transmitido globalmente de manera gratuita por Amazon Prime, anunciando diferentes acuerdos con la empresa para seguir dándole oportunidades y voz a la gente de Puerto Rico. Esto se reflejó en programas educativos con recursos tecnológicos para estudiantes y maestros, iniciativas para mejorar el acceso a productos frescos en toda la isla, la creación de la tienda especial en Amazon.com llamada comPRa Local bajo la insignia Hecho en PR y una alianza para promover la identidad puertorriqueña a nivel mundial a través de la música, el arte y el comercio digital.
Esto demuestra que el impacto económico de la residencia no fue solo un efecto colateral del éxito del cantante, sino que Bad Bunny piensa constantemente en formas de impulsar y dar visibilidad a su país, asegurando que su éxito genere beneficios tangibles no solo para él, sino para su gente.

Impacto cultural
Más allá de los números, el verdadero impacto de esta residencia estuvo en lo que se sintió dentro del Coliseo. Durante dos meses, el Choli no fue solo un lugar para ver un concierto: fue el centro de identidad boricua. Se notó especialmente cuando se recordaron los años
del huracán María. Para muchos, eso no fue solo un recuerdo sino abrir una herida que todavía duele. Ese recuerdo marcó toda la residencia, para una generación que vivió meses sin luz ni certezas, estar reunidos en un Coliseo lleno de luces, música y energía fue un símbolo de recuperación.
También fue una embajada cultural. Para los turistas que llegaron a la isla, fue vivir de cerca lo que significa ser puertorriqueño, los visitantes compartieron en redes sociales fotos y videos del Coliseo, del público, y de los gestos de Bad Bunny que mostraban cercanía y respeto hacia su gente. Al final, estos conciertos ayudaron a transformar recuerdos dolorosos en símbolos de orgullo. No fue un evento para olvidar, sino uno para recordar y celebrar que la cultura boricua está más viva que nunca.

El legado de Bad Bunny más allá de la música
Más allá de la residencia, el impacto de Bad Bunny trasciende la música. Su presencia ha inspirado a jóvenes artistas y emprendedores a perseguir sus sueños sin perder sus raíces. La moda, el lenguaje y la cultura pop boricua han encontrado un portavoz en él.
Los programas educativos que apoyan a estudiantes y maestros permiten acercar tecnología y recursos a quienes más lo necesitan. La iniciativa comPRa Local ha fortalecido negocios locales y ha puesto en el mapa internacional productos hechos en Puerto Rico, mientras que sus alianzas culturales promueven la música y el arte boricua a nivel global. Cada gesto del artista, desde sus canciones hasta sus discursos, refuerza un mensaje claro: ser boricua es motivo de orgullo y celebración.
Incluso fuera del escenario, su influencia se siente en la manera en que los jóvenes abrazan su identidad, crean música y se inspiran en su ejemplo para seguir adelante. La residencia del Choli no solo dejó un registro económico, sino que consolidó un movimiento cultural que seguirá resonando durante años. La música, la cultura y la economía se unieron para demostrar que Puerto Rico tiene voz y fuerza, y que su gente puede llevarla al mundo entero.
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