Miedo a la Mediocridad
- Jaime Sobreviela Gracia
- hace 2 días
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Todo el mundo tiene sueños, planes y objetivos en la vida. Hay personas que siempre han soñado con ser diseñadores de moda, o grandes artistas en el mundo de la música, pero que por un “futuro más seguro” terminan trabajando en una tienda u oficina. Hay personas que incluso lo intentan, siguen su instinto artístico y se animan a estudiar algo relacionado con sus pasiones, pero que no llegan a nada. No todos los días aparece un nuevo Stanley Kubrick, o un Michael Jackson, pero a pesar de la dificultad ¿por qué ni siquiera lo intentamos?
La mediocridad
Según la RAE la mediocridad es la cualidad de no ser excelente ni destacado, sino más bien de calidad común o regular. No signifi ca ser un fracasado, sino aún peor, quedar en la nada, con indiferencia, invisibles hacía el mundo. Las personas en busca de la grandeza buscan ser recordados, ya sea como el mejor en lo suyo, o como alguien que hizo algo importante. Esto es una forma de llenar el ego, sentirse con un glorioso propósito para la vida, que a pesar de morir, el mayor miedo del ser humano, tu arte prevalezca a lo largo de la historia. La mediocridad es quedarse en el camino, tener el valor para comenzar y no tener la habilidad de permanecer.
La obsesión
La búsqueda de la grandeza y perfección ha perseguido al ser humano por años. Algo que para la mayoría de personas puede sonar indiferente, para aquellas personas en busca de un propósito lo es todo. De qué sirve escribir si no vas a ser el mejor escritor, de qué sirve ensayar si nunca llegarás a ser el nuevo Mozart, estos pensamientos se fi jan en la mente de aquellos en busca de la perfección, limitando el verdadero propósito del arte. La obsesión crea la perfección, todas aquellas personas que han logrado prevalecer en la historia, estaban obsesionadas con su pasión, pero siempre se quiere más. Parece que lograr ese gran objetivo conlleva una felicidad plena, pero hasta que no llega nuestra hora de irnos no nos damos cuenta de cómo hemos malgastado la vida buscando algo imposible de encontrar. Un esfuerzo infi nito que no llega a ningún sitio, simplemente una búsqueda eterna. ¿Qué sentido tiene entonces seguir creando?

La falta de sentido
Albert Camus plantea en El mito de Sísifo (1942) la fi gura de Sísifo de la mitología griega, condenado a subir una piedra por una montaña una y otra vez por la eternidad. Aquí Camus refl eja el absurdo de la vida, una tarea repetitiva sin un propósito real. El artista obsesionado cree que buscando esta grandeza conseguirá salir de la mediocridad repetitiva que la vida ofrece de base. El arte según Camus, es una forma de rebelión, ya que hay que imaginarse a Sísifo feliz, no sumido en un pesimismo por la falta de sentido, sino luchando y creando, si la vida no tiene sentido el artista lo crea. Esta respuesta rebelde, es superar el miedo a la mediocridad, “para que voy a seguir subiendo la piedra si al fi nal va a caer”, diría Sísifo, al igual que un escritor pensará que para qué escribir una página más si no voy a conseguir destacar. La superación de este miedo nos hace libres, ya que no se crea con el propósito de la grandeza sino el de desafi ar el absurdo del mundo y simplemente disfrutar del proceso.

La realidad
En el ensayo de Camus, parece muy sencilla la idea de encontrar un sentido a la vida mediante el arte. La vida real no es tan fácil como se plantea. Ese “futuro más seguro” del que he hablado al principio no es una idea tan loca, ya que hay que sobrevivir de alguna forma. Toda la vida nos planteamos nuestro futuro y propósito como algo lejano, algo que alguien más hará por ti, pero no nos damos cuenta que ese alguien somos nosotros mismos. No hay un futuro que conseguir, solo hay miedo y barreras que nos impiden actuar.
La obsesión es una forma fácil de superar estas barreras, son dos extremos, o la incapacidad de aceptar la mediocridad en nuestras vidas, o la necesidad extrema de superar esta mediocridad. Ninguna de las dos son correctas, la vida no es una carrera de obstáculos en la que haya que llegar a la meta; la vida, tus hobbies, tu arte son simplemente parte de algo muchos más grande, porque preocuparnos de no lograr la perfección si lo importante es disfrutar de lo que nos gusta. Toda la vida nos han recomendado ir a lo seguro para poder sobrevivir, dejar los sueños de lado por mucho que duela ya que “solo lo consigue uno entre un millón”. Qué más da no lograr la grandeza ni ser el mejor, simplemente ser parte y crear por necesidad es suficiente aunque nadie nos esté mirando.
